TOC - 4ta Semana de Cuaresma - Reconocer a Jesús en quien hace el bien - Jn: 5, 17-30
Isaías 49,8-15
Preguntas sobre la vida y la muerte, el juicio y la
resurrección, el pecado y la gracia, el cielo y la condenación, la vida
recibida y vida que poseemos - son las que San Juan nos presenta en la
contemplación de hoy. La 1ra lectura tomada del Profeta Isaías ofrece una
gozosa celebración por su regreso del exilio en Babilonia a su casa en
Jerusalén. El Segundo Isaías es un libro lleno de esperanza y de consuelo a
quienes esperan con ansias el fin del exilio y quieren ir de nuevo a casa. En
el exilio, sus vidas están llenas de miseria y amargura. En respuesta al clamor
del pueblo de Dios, el profeta les asegura que tiempos mejores están en el
camino. Es el año del jubileo que de regreso del exilio traerá la regeneración
de las tierras, incluso para los que a causa de los problemas de la deuda,
habían tenido que vender sus tierras.
A pesar de la incredulidad y queja de algunos, Dios no
olvida a su pueblo. Porque Él está lleno de ternura y compasión les anuncia que
el final de sus penas ha llegado. Yahvé está con ellos allando el camino para
su regreso.
Les devolverá sus tierras confiscadas por el invasor extranjero.
Dará libertad a los cautivos y luz a los que viven en la oscuridad. Sus tierras
serán fértiles, sin ser abatidos por el calor o la sed y disfrutando de los
manantiales de agua dulce. Los exiliados regresarán desde lugares tan lejanos
como la "tierra de Sinim " (ahora Aswan, la primera catarata del río
Nilo, en Egipto). La naturaleza y la
entera creación participan del gozo porque es un tiempo de gran regocijo.
Así que el Señor pide ahora a su pueblo para devolver las
propiedades confiscadas, liberar a los cautivos y presos, a los que viven
ocultos a que se muestren a la luz. Es tiempo para restaurar la justicia a
todos y todas. En nuestros momentos más oscuros no olvidemos que la intensidad
del amor de Dios por nosotros no cambia.
El Evangelio nos trae la sensación de lo insignificante y
mezquino que eran los críticos de Jesús cuando discutían sobre si Jesús debería
hacer milagros en sábado o no. Él hace una gran obra de misericordia al curar a
un paralítico en el estanque de Betesda, y estas personas celosas gastan el
tiempo discutiendo sobre la violación del descanso sabático.
Desde siglos antes, Isaías explicó que es guardar el sábado libre de profanación: "Practicar la justicia y dejar que los extranjeros se unen al Señor" (Is 56, 1-8).
Dios trabaja el sábado para que el mundo gire, trae bebés a la vida
con cada nacimiento y llama a otros de regreso a Él con cada muerte. Pero debido
a su legalismo, los legalistas pueden estar ciegos a la maravilla y la ternura
que nos ofrece Yahvé cada día, prefiere refugiarse en las argumentaciones y
procedimientos de carácter legal.
Convierten una pequeña colina en una gran montaña,
bloqueando su visión de la hermosura del mundo, de las personas y los fenómenos
de la naturaleza que Dios pone a nuestro alcance.
Con qué facilidad podemos llegar a ser estrecho,
prejuiciosos, ciegos, atados en todo tipo de trámites burocráticos, mientras
que los pobres se mueren de hambre, los discapacitados se ven privados de una
vida plena, y el potencial de la persona joven está desperdiciado y sin desarrollar.
Permitimos que cada pequeña cosa que nos molesta nos haga concentrarnos en
proteger nuestro pequeño pedacito de césped y nos encierre en él! La Cuaresma debe
purificarnos, y abrirnos para salir de nosotros mismos y vivir más conscientes
de la maravillosa presencia de Dios, del regalo impresionante de la vida y de
nuestro buen y hermoso planeta tierra. El Señor es fiel en todas sus palabras y
bondadoso en todas sus obras!
Del libro del profeta Isaías: 49, 8-15
Esto dice el Señor: "En el tiempo de la misericordia
te escuché, en el día de la salvación te auxilié. Yo te formé y te he destinado
para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a
ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros: 'Salgan', y a los
que están en tinieblas: 'Vengan a la luz'. Pastarán de regreso a lo largo de todos los caminos,
hallarán pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre ni sed, no
los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos los
conducirá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las montañas y pondrán
terraplén a mis calzadas.
Miren: éstos vienen de lejos; aquellos, del norte y del
poniente, y aquellos otros, de la tierra de Senim". Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a
cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia de
los desamparados.
"Sión había dicho: 'El Señor me ha abandonado, el
Señor me tiene en el olvido'. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura
hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera una
madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti", dice el Señor
todopoderoso. Palabra de Dios.
Del salmo 144 R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento para
enojarse y generoso para perdonar.
Bueno es el Señor para con todos
Bueno es el Señor para con todos
y su amor
se extiende a todas sus creaturas.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es siempre fiel a sus palabras
y bondadoso en
todas sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza
y al agobiado alivia.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Siempre es justo el Señor en sus designios
y están llenas
de amor todas sus obras.
No está lejos de aquellos que lo buscan;
muy cerca
está el Señor, de quien lo invoca.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Aclamación (Jn 11, 25. 26): R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que
cree en mí no morirá para siempre.
Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así
el Hijo da la vida a quien él quiere dársela.
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 17-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo
perseguían por hacer curaciones en sábado): "Mi Padre trabaja siempre y yo
también trabajo". Por eso los judíos buscaban con mayor empeño darle
muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios,
igualándose así con Dios. Entonces Jesús les habló en estos términos: "Yo
les aseguro: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve
hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al
Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras todavía mayores que
éstas, para asombro de ustedes. Así como el Padre resucita a los muertos y les
da la vida, así también el Hijo da la vida a quien Él quiere dársela. El Padre
no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos
honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al
Padre.
Yo les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el
que me envió, tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya
pasó de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en
que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán.
Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha dado al Hijo
tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo
del hombre. No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que
yacen en la tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la
vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer por mí
mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi
voluntad, sino la voluntad del que me envió".
Palabra del Señor.
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