Miércoles de Ceniza - Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará - Mt 6, 1-6. 16-18.
Primera lectura: Jl 2, 12-18: Todavía es tiempo.
Salmo Responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 (cf. 3ª): R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Segunda Lectura: 2 Cor 5, 20–6, 2: Ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de la salvación.
Aclamación antes del Evangelio: Cfr Sal 94, 8: R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio: Mt 6, 1-6. 16-18: Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
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Esto dice el
Señor: "Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos.
(Joel 2, 12-18)
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza,
cuando recibimos las cenizas en nuestras frentes, a menudo en forma de una cruz.
Cuando recibimos las cenizas queremos vivir la Cuaresma
como un tiempo de purificación y deseo santo,
ayudado por algunas prácticas evangélicas: la oración, el ayuno y la limosna.
Los cuarenta días de Cuaresma hacen rememoran
al tiempo que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su ministerio público.
La Cuaresma está destinada a ayudarnos a vivir más efectivamente
nuestra vida como cristiano.
San Agustín
decía que la vida cristiana, «es un ejercicio de santo deseo».
No pide que
suprimamos nuestros deseos normales, sino que los eduquemos y los purifiquemos.
Nuestros deseos serán demasiado pequeños si nuestros valores últimos son
los de este mundo y no los del Reino.
Dios quiere que tengamos mucho más, nada
menos que su mismo Ser.
En la Cuaresma nos sintonizamos con los deseos más elevados, con el anhelo
profundo por Dios.
Jesús nos muestra el verdadero sentido de la oración, el ayuno y la limosna,
las clásicas prácticas cuaresmales.
De éstos, la oración tiene el primer lugar.
La
Oración
Nuestra eternidad será una relación con el Dios vivo, una relación que comienza
en esta vida.
Durante la Misa, nuestra oración es mejor porque es compartida
con otros, en medio de otros, en comunidad.
Nuestra oración nos conecta con el
sacrificio amoroso de Cristo, ese sacrificio que nos abrió el cielo.
La oración
se convierte allí en una práctica diaria de nuestra amistad con Dios, y abre
nuestro camino a la vida eterna.
El
Ayuno
Hoy en día, el ayuno es más complicado y difícil para nosotros,
es quizás más
practicada por los musulmanes que por los católicos.
Es bueno disfrutar y
apreciar nuestras comidas, la sobremesa y la convivencia que a menudo las
acompaña.
Es también bueno encontrar un lugar en nuestras vidas para el ayuno.
El objetivo principal del ayuno cuaresmal no es un cuerpo bien tonificado y
esbelto del que debamos estar orgulloso.
Muchos santos eran bastante
corpulentos, otros en cambio eran esqueletos virtuales, pero tenían lo mismo en
común:
practicaban la abnegación voluntaria, para incrementar su apetito por
Dios.
La
Limosna
lo ideal de dar limosna es un compartir compasivo.
Además de donar con generosidad y ayudar material y económicamente
a nuestro prójimo más necesitado.
La Cuaresma es un buen momento para librarnos de algún desorden en nuestra vida.
Con un poco más de visión, podríamos quizá hacer más para servir a los necesitados, no para ser alabados como generosos,
sino para imitar la generosidad de Dios para con nosotros.
Este librarnos de algún desorden de nuestra vida, esta limpieza, es visto por San Agustín de Hipona
como una preparación para practicar el deseo santo, lo cual sólo es posible en la medida en que nos liberemos
del capricho supérfluo de seguir a las cosas de este mundo. Este ejercicio por conseguir el deseo Santo,
es como llenar poco a poco un recipiente vacío.
"Dios quiere llenarnos de todo lo que es bueno y agradable, expulsar lo malo y desagradable.
Si Dios quiere llenarnos de miel y estamos llenos de vinagre, ¿dónde irá a parar la miel?
Para disfrutarla o guardar la miel, primero se debe vaciar y limpiar el recipiente.
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Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano - Miércoles de Ceniza
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Primera lectura: Jl 2,
12-18
Esto dice el Señor: "Todavía es tiempo.
Vuélvanse a mí de todo corazón, con ayunos, con lágrimas y llanto;
enluten su corazón y no sus vestidos.
Vuélvanse al Señor Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso,
lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia.
Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos deje una bendición,
que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor, nuestro Dios.
Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen la asamblea,
reúnan al pueblo,
santifiquen la reunión, junten a los ancianos, convoquen
a los niños, aun a los niños de pecho.
Que el recién casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada.
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor,
diciendo:
'Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad a la burla
de las naciones.
Que no digan los paganos: ¿Dónde está el Dios de Israel?' "
Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de su pueblo.
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Salmo
Responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17
(cf. 3ª)
Por tu inmensa compasión y misericordia,
Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos,
y purifícame de mis pecados.
R. Misericordia,
Señor, hemos pecado.
Puesto que reconozco mis culpas,
tengo siempre presentes mis pecados.
Contra ti sólo pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo.
R. Misericordia,
Señor, hemos pecado.
Crea
en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.
R. Misericordia,
Señor, hemos pecado.
Devuélveme
tu salvación, que regocija
y mantén en mí un alma generosa.
Señor, abre mis labios,
y cantará mi boca tu alabanza.
R. Misericordia,
Señor, hemos pecado.
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Segunda
Lectura: 2
Cor 5, 20–6, 2
Hermanos: Somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es como si Dios
mismo los exhortara a ustedes.
En nombre de Cristo les pedimos que se dejen
reconciliar con Dios.
Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo
"pecado" por nosotros,
para que, unidos a él, recibamos la salvación
de Dios y nos volvamos justos y santos.
Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en
saco roto.
Porque el Señor dice: En el tiempo favorable te escuché y en el día
de la salvación te socorrí.
Pues bien, ahora es el tiempo favorable; ahora es
el día de la salvación.
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Aclamación antes del Evangelio: Cfr Sal 94, 8
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón".
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
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Evangelio: Mt 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Tengan cuidado de no
practicar sus obras de piedad
delante de los hombres para que los vean.
De lo
contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres.
Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas,
a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente.
Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre,
que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste,
como esos hipócritas que
descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están
ayunando.
Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, en cambio, cuando
ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que
estás ayunando,
sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo
secreto, te recompensará''.
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