Cuando el ministerio va bien - Lucas 8,1-3
Reflexión Columbana para Viernes 24ª semana de tiempo ordinario, Ciclo A
1Cor 15,12-20: Si Cristo no ha resucitado, su fe no tiene sentido
Salmo responsorial 16: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor
Lucas 8,1-3: Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes
La carta de San Pablo nos presenta al Apostol encerrado en una fuerte discusión con algunos cristianos de Corinto que sienten que la creencia en la resurrección es superfluo.
El Evangelio de hoy tiene bastante atractivo como tema porque trae un claro tono de entusiasmo, esperanza y logro. El relato de Lucas refleja la primera primavera de los viajes apostólicos de Jesús.
La escena es idílica, muestra a Jesús en una gira gloriosa en la que el Señor está ganando todo el mundo para el nuevo Reino. La comunidad de los discípulos a su alrededor, los apóstoles, las mujeres y los "muchos otros y otras", nos impresiona con su forma serena de ver la vida. En el Evangelio de Lucas aparecen de manera positiva y predominante muchas mujeres como discípulas de la primera hora que con el pasar de los siglos algunas interpretaciones las hicieron invisibles o las pusieron en un lejano segundo plano en la historia de la Salvación.
Algunos de ellos habían sido sanados de una enfermedad grave o discapacidad física. Los "siete demonios" de la que Magdalena había sido liberada no se refiere necesariamente a algo sumamente pecaminoso, sino que sugieren que Jesús le ha dado una cura profunda de algo que arrastraba por mucho tiempo y que se había anclado en su interior.
La enfermedad y la muerte reflejaban el reinado del mal en el mundo y para que la humanidad pueda disfrutar de la felicidad y la paz deben ser totalmente conquistados y expulsados por las fuerzas del bien que han venido a instaurar el Reino de Dios.
La enfermedad y la muerte reflejaban el reinado del mal en el mundo y para que la humanidad pueda disfrutar de la felicidad y la paz deben ser totalmente conquistados y expulsados por las fuerzas del bien que han venido a instaurar el Reino de Dios.
El triunfo final de Dios ya está previsto por Lucas, quien en su "Evangelio de la mujer," les da un lugar de honor en esta escena llena de paz. Una vez más, como es típico de Lucas, deja constancia de los nombres de personajes públicos influyentes, como "Johanna, la esposa del administrador de Herodes, Cuza" y hace referencia a algún aspecto de su personalidad y destaca sus aportes en el seguimiento de Jesús.
De alguna manera, la política y el Reino político y espiritual se han encontrado amigablemente. En este pasaje evangélico, Lucas ya está anticipando el propósito de la cruz, que es la redención completa y total del ser humano, una liberación de cuerpo y espíritu, para los hombres y las mujeres, para amigos y para extraños, en el cielo y en la tierra.
Lucas quiere dejar en claro que en la propuesta del Reino, no hay espacio para la exclusión, pues juntos, hombres y mujeres tienen la misión de construir una sociedad nueva.
LECTURAS BIBLICAS EN LENGUAJE LATINOAMERICANO
Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de ustedes que lo muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y su fe lo mismo.
Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no resucitan. Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, su fe no tiene sentido, siguen con sus pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido.
Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados.
¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.
Salmo responsorial 16: R./ Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño.
R./ Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios a quien se refugia a tu derecha.
R./ Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar me saciaré e tu semblante.
R./ Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Lucas 8, 1-3: Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes
En aquel tiempo,
Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo,
predicando el Evangelio del reino de Dios;
lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades:
María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios;
Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes;
Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Comentarios
Publicar un comentario