El orgulloso y el Arrepentido - Lucas 7, 36-50


Todos somos capaces y de hecho somos llamados a ser ministros de otros, algunos como sacerdotes y religiosas, o como maestros, enfermeras y consejeros, o simplemente como amables familiares y buenos vecinos. No hay solo una manera de responder a los demás, Las lecturas de hoy nos hacen conscientes sobre las diversas formas de ministerio. Pablo describe su propio sentido de la vocación: "Yo transmití en primer lugar lo que yo mismo recibí" y resume su mensaje kerigmático de que Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó de nuevo.

Al predicar este mensaje acerca de Jesús, él es consciente acerca de aquellos a quienes Cristo colocó en posiciones de liderazgo: en primer lugar a Pedro y luego a los Doce y Santiago, para dirigir a los judíos cristianos, y, finalmente, al él mismo. El Ministerio cristiano está basado en creer en la muerte y resurrección de Jesús y en su comunidad visible que es la iglesia. Este sentido de unidad es reforzado por el hecho de que Pablo se considera como el último entre los apóstoles, que casi no merece ese nombre. "Seamos ministros unos de otros con el mismo espíritu  humilde, no como teniendo señorío sobre los demás, sino reconociendo que el servirles es un privilegio.

En el Evangelio vemos a Jesús siendo muy severo con los soberbios y los santurrones, pero tierno y protector con los humildes y arrepentidos. Jesús actúa así porque sabe que su Padre es siempre de amoroso y abierto al perdón, tal y como se muestra en la parábola de los dos deudores. En esta historia, la persona con mayores deudas y pecados parece ser más amada por Dios que la otra con menos pecados y deudas más pequeñas.

Este rasgo de Dios puede parecer injusto hasta que reconocemos que el orgullo y la arrogancia son pecados mayores, incluso que las faltas de caracter sexual. A primera vista, la mujer que es una pecadora pública en la ciudad, es la persona que debe las quinientas monedas y el fariseo el pequeño deudor que debe sólo cincuenta monedas. A pesar de lo duro del la comparación, si a la mujer se le perdonar tan fácil y generosamente, todavía hay esperanza para los orgullosos. Debemos ser ministros unos de otros con este espíritu, aceptando, afirmando, apoyando y animando a los jóvenes, atendiendo con cariño y respeto a los arrepentidos, y actuando con firmeza frente a los orgullosos y autosuficientes.


LECTURAS EN LENGUAJE LATINOAMERICANO
1Corintios 15, 1-11: Esto es lo que predicamos; esto es lo que han creído

Les recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que ustedes aceptaron, y en el que están fundados, y que los está salvando, si es que conservan el Evangelio que les proclamé; de lo contrario, se ha malogrado su adhesión a la fe.

Porque lo primero que yo les transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que han creído.

Salmo responsorial 117:  R./ Den gracias al Señor porque es bueno.

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Que lo diga el mundo entero: eterna es su misericordia.
R./ Den gracias al Señor porque es bueno.

"La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa."
No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor.
R./ Den gracias al Señor porque es bueno.

Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
R./ Den gracias al Señor porque es bueno.

Lucas 7, 36-50: Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás, junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: "Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora".

Jesús tomó la palabra y le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". El respondió: "Dímelo, maestro". Jesús le dijo: "Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?". Simón contestó: "Supongo que aquel a quien le perdonó más". Jesús le dijo: "Has juzgado rectamente".

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor, pero al que poco se le perdona, poco ama". Y a ella le dijo: "Tus pecados están perdonados".

Los demás convidados empezaron a decir entre sí: "¿Quién es esté, que hasta perdona pecados?" 
Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz".

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cuando el ministerio va bien - Lucas 8,1-3

Nuestro potencial interno - Lucas 8:4-15

TOC - Eclesiástico 2, 1-13 - Prepárate para las pruebas - Martes de la Semana de Pentecostes (7 sem)