El camino mejor es el amor


La palabra clave de hoy es la familia. Somos "los miembros de la familia de Dios." La familia de la Iglesia no debe ser monótona o rígidamente gobernada, porque sus miembros están dotados de muchos dones. 

Pablo menciona muchos de estos talentos: profecía, conocimiento completo, comprensión de los misterios, confianza para mover montañas, generosidad para alimentar a los pobres, disposición a morir heroicamente.Pero él sabe que aún una conciencia intensa y el orgullo de poseer  estos talentos también pueden causar problemas en la iglesia. Él no quiere que ningún don o talento sea suprimido, pero considera que algunas de las personas con dones o talentos son como "gongs ruidosos", "sonido metálico de platillos."

Pablo siente que esas personas, puedes ser groseras, egoístas o propensas a la ira. Pablo sabe que todos los verdaderos dones, talentos o regalos deberían ser unificadores, amorosos. Al final de la vida solo hay tres cosas que perduran: la fe, la esperanza y el amor, pero la mayor de ellas es el amor.

Tanto para Jesús como para Pablo, los líderes de la Iglesia de Dios no pueden ser, individuos egoístas, orgullosos, hambrientos de poder, controladores, manipuladores, sino personas que atienden a los demás y se dedican a servir con amor. Si hay fuerza en la unidad, estas serán las personas que fortalecerán la iglesia. El evangelio de hoy muestra la facilidad con que Jesús mismo fue mal interpretado por aquellos que buscaban simplemente ser impresionados de manera superficial, por eso lo juzgaron de ser un glotón y un borracho. Esta comparación puede parecernos una advertencia contra cualquier juicio apresurado e inquisitorial en nuestra iglesia, especialmente por aquellos cuyo principal foco de atención es encontrar defectos en las opiniones y acciones de los demás.



LECTURAS DE HOY EN LENGUAJE LATINOAMERICANO


1Corintios 12, 31 - 13, 13 “Quedan la fe, la esperanza, el amor; la más grande es el amor”

Hermanos: Ambicionen los carismas mejores. Y aún les voy a mostrar un camino excepcional. 
Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.   El amor es paciente, bondadoso; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.  Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca.

¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. 
Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.

En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: de estas tres. La más grande es el amor.



Salmo responsorial: 32 R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas;
Cántenle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R.

Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales;
Él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.


Lucas 7, 31-35 “Tocamos y no bailan, cantamos lamentaciones y no lloran”

En aquel tiempo, dijo el Señor: "¿A quién se parecen los hombres de esta generación?
¿A quién los compararemos?

Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocamos la flauta y no bailan, cantamos lamentaciones y no lloran."

Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijeron que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Miren qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores."

Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón."

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