Un tiempo para limpiar el corazón - Mt 6, 1-6. 16-18 - Miercoles de Ceniza

Esto dice el Señor:
"Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos. (Joel 2, 12-18)

La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza, cuando recibimos las cenizas en nuestras frentes, a menudo en forma de una cruz. Cuando recibimos las cenizas queremos vivir la Cuaresma como un tiempo de purificación y deseo santo, ayudado por algunas prácticas evangélicas: la oración, el ayuno y la limosna. Los cuarenta días de Cuaresma hacen rememoran al tiempo que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su ministerio público. La Cuaresma está destinada a ayudarnos a vivir más efectivamente nuestra vida como cristiano.

San Agustín decía que la vida cristiana, «es un ejercicio de santo deseo». No pide que suprimamos nuestros deseos normales, sino que los eduquemos y los purifiquemos. Nuestros deseos serán  demasiado pequeños si nuestros valores últimos son los de este mundo y no los del Reino. Dios quiere que tengamos mucho más, nada menos que su mismo Ser.

En la Cuaresma nos sintonizamos con los deseos más elevados, con el anhelo profundo por Dios.

Jesús nos muestra el verdadero sentido de la oración, el ayuno y la limosna, las clásicas prácticas cuaresmales. De éstos, la oración tiene el primer lugar.

La Oración
Nuestra eternidad será una relación con el Dios vivo, una relación que comienza en esta vida. Durante la Misa, nuestra oración es mejor porque es compartida con otros, en medio de otros, en comunidad. Nuestra oración nos conecta con el sacrificio amoroso de Cristo, ese sacrificio que nos abrió el cielo. La oración se convierte allí en una práctica diaria de nuestra amistad con Dios, y abre nuestro camino a la vida eterna.

El Ayuno
Hoy en día, el ayuno es más complicado y difícil para nosotros, es quizás más practicada por los musulmanes que por los católicos. Es bueno disfrutar y apreciar nuestras comidas, la sobremesa y la convivencia que a menudo las acompaña. Es también bueno encontrar un lugar en nuestras vidas para el ayuno. El objetivo principal del ayuno cuaresmal no es un cuerpo bien tonificado y esbelto del que debamos estar orgulloso. Muchos santos eran bastante corpulentos, otros en cambio eran esqueletos virtuales, pero tenían lo mismo en común: practicaban la abnegación voluntaria, para incrementar su apetito por Dios.


La Limosna
Todos nosotros sabemos que de una manera u otra, lo ideal de dar limosna es un compartir compasivo. Además de donar con generosidad y ayudar material y económicamente a nuestro prójimo más necesitado, la Cuaresma es un buen momento para librarnos de algún desorden en nuestra vida. Con un poco más de visión, podríamos quizá hacer más para servir a los necesitados, no para ser alabados como generosos, sino para imitar la generosidad de Dios para con nosotros.

Este librarnos de algún desorden de nuestra vida, esta limpieza, es visto por San Agustín de Hipona  como una preparación para practicar el deseo santo, lo cual sólo es posible en la medida en que nos liberemos del capricho supérfluo de seguir a las cosas de este mundo. Este ejercicio por conseguir el deseo Santo, es como llenar poco a poco un recipiente vacío. "Dios quiere llenarnos de todo lo que es bueno y agradable, expulsar lo malo y desagradable. Si Dios quiere llenarnos de miel y estamos llenos de vinagre, ¿dónde irá a parar la miel? Para disfrutarla o guardar la miel, primero se debe vaciar y limpiar el recipiente.


______________________________


Mt 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará''.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cuando el ministerio va bien - Lucas 8,1-3

Nuestro potencial interno - Lucas 8:4-15

TOC - Eclesiástico 2, 1-13 - Prepárate para las pruebas - Martes de la Semana de Pentecostes (7 sem)