TOB - Martes semana 14 - Un corazón compasivo - Mt 9, 32-38

El Evangelio de hoy ofrece un llamativo retrato del ministerio pastoral de Jesús: una gloriosa combinación de celo y misericordia. 

Si bien Jesús es impulsado por el Espíritu de llegar a la mayor cantidad de gente posible con su toque sanador y enseñanza inspiradora, Él siempre encontró tiempo para mostrarles compasión. 

Sintió amor por personas reales, en la realidad de sus vidas. Conocía las limitaciones con las que vivían, en sus casas sencillas y en sus días de trabajo mal pagado y constante. Jesús vivía con ellos y no en la corte del rey Herodes.

Mateo lo resume con grandeza: "Él tuvo compasión de ellos", ese eco resuena en los corazones de todos los cristianos, especialmente en los llamados al ministerio sacerdotal, para sintonizar con esa profunda compasión por la cual Jesús fue tan notorio. Para atraer a la mayor cantidad posible a su mesa y no alejarla de ella. 

La forma en que algunas personas veían a Jesús era como su manera de ver a las demás personas. Jesús vio siempre la bondad en las personas y ellos vieron la presencia de Dios en él. El evangelio nos llama a estar alertas a los signos de la bondad en los demás, a los signos de la presencia de Dios a nuestro alrededor, especialmente en aquellos que cruzan nuestro camino en la vida.

Todos debemos estar alerta a cualquier forma en que Dios nos permita reflejar su compasión por los demás. "La cosecha", dijo, "es abundante, pero los obreros son pocos"

Para decirlo de manera más positiva, podemos decir que siempre hay espacio para un alcance compasivo en nuestra Iglesia. Es en un espíritu de esperanza y de creatividad evangélica, por lo tanto, que debemos "pedirle al Señor de la mies que envíe obreros a su mies".

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Lecturas Bíblica en Lenguaje Latinoamericano - Martes 14va semana - TOB

Primera lectura: Os 8, 4-7. 11-13
Esto dice el Señor: "Han nombrado reyes sin contar conmigo, han escogido príncipes sin saberlo yo.
Con su oro y su plata se han hecho ídolos, para su perdición.
Tu becerro, Samaria, es repulsivo y mi ira arde contra él.
¿Hasta cuándo serán incapaces de purificarse los hijos de Israel?
Un artesano ha hecho ese becerro, que no es Dios, por eso quedará hecho trizas.

Siembran vientos y cosecharán tempestades; su trigo no dará espigas, no producirá harina su grano,
y si la produce, los extranjeros se la comerán.

Efraín ha construido multitud de altares, y sólo le han servido para pecar.
Aunque yo les escribiera todas mis leyes, las ignorarían como si fueran de un extraño.
Aunque inmolen víctimas en mi honor y coman su carne, no me dan gusto,
pues tengo presentes sus culpas y castigaré sus pecados. Por eso volverán a la esclavitud''.

Salmo Responsorial: Salmo 113B, 3-4. 5-6. 7ab-8. 9-10 (9a)Nuestro Dios está en el cielo, y él ha hecho todo lo que quiso.
En cambio, los ídolos de los paganos son oro y plata, son dioses hechos por artesanos.
R. Nosotros confiamos en el Señor.
Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven;
tienen orejas, pero no oyen; tienen nariz, pero no huelen.
R. Nosotros confiamos en el Señor.
Tienen manos, pero no tocan; tienen pies, pero no andan.
Que sean como ellos quienes los hacen y cuantos confían en ellos.
R. Nosotros confiamos en el Señor.
Los hijos de Israel confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo;
los hijos de Aarón confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo.
R. Nosotros confiamos en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio: Jn 10, 14
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí.
R. Aleluya.

Evangelio: Mt 9, 32-38
En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: "Nunca se había visto nada semejante en Israel". Pero los fariseos decían: "Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios".

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".

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