2do. Sábado de Pascua, Ciclo A / Santos Felipe y Santiago, Apóstoles Exaltación de la Santa Cruz

1Cor 15, 1-8: El Señor se les apareció a Santiago, después a todos los apóstoles
Salmo responsorial 18: R./ A toda la tierra alcanza su pregón
Jn 14, 6-14: Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y no me conocen?

Los líderes de la iglesia primitiva

Es interesante comparar las personalidades de estos dos apóstoles prominentes con la información que los Evangelios y los Hechos nos dan acerca de ellos. El ver a Santiago a cargo del primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén sorprende a muchos que piensan exclusivamente en San Pedro como líder de la iglesia después de Cristo. Pedro predicó con valentía en Pentecostés y extendió el mensaje del Evangelio en varios lugares, entre ellos Antioquía y Roma. En cambio, a Santiago de Jerusalén (no el hijo de Zebedeo y hermano de Juan) rara vez se lo menciona en los Evangelios, y no es parte del círculo íntimo. Encontramos que el año 49 DC, es este Santiago quien preside el Concilio Apostólico (Hechos 15). Cuando hablaba, la gente escuchaba, y sus puntos de vista tenían peso. Santiago era un hombre de gran dignidad, la iglesia inicial lo apodó "Santiago el Justo". Por su gran personalidad Santiago fue elegido líder de los cristianos de Jerusalén cuando Pedro se fue en  misión apostólica al extranjero. Según el historiador de la iglesia Eusebio, Santiago era un Nazareo (apartado para consagrar su vida a Dios). Nunca bebían alcohol ni comía carne, vestian de modo sencillo y nunca se casaban, vivían dedicados a la oración y al estudio. Santiago era muy estimado y respetado por sus compañeros. Era como un obispo ascético y austero, pero fiable en tiempos de crisis.

San Felipe tiene un perfil un poco más alto en el Evangelio, aunque no se lo menciona mucho en los Hechos de los Apóstoles. En los evangelios sinópticos, él está en la lista de los doce junto a Bartolomé, pero es en el evangelio de Juan que encontramos algunas historias específicas y simpáticas sobre Felipe. Él estuvo entre los primeros discípulos a los que Jesús "encontró", oyó su llamada: "Sígueme" y respondió. 

A su vez, Felipe "encuentra" a Natanael (o Bartolomé) y recomienda a Jesús a su amigo como "aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas". Felipe repite a su amigo las palabras que oyó de Jesús cuando lo invitó a seguirle: "Ven y verás" (Jn 1: 46). 

Lo podemos considerar como un discípulo centrado en la persona y con disposición de compartir lo que ha encontrado, compartiendo y extendiendo con generosidad las bendiciones de Dios que él mismo recibió. Tradiciones cristianas posteriores dicen que Felipe, predicó en Grecia, Siria y Frigia. 

Reflexionar sobre las diversas personalidades de los líderes de la iglesia en sus inicios, nos ofrece pistas comparativas para entender las cualidades y contribuciones de los últimos siete papas, líderes recientes de la iglesia. 

Desde Pío XII a Francisco I, vemos como cada uno asumió la responsabilidad pastoral responsabilidad de "jurisdicción universal" sobre la iglesia en todo el mundo de distinta manera. Ninguno de ellos quiso tener el monopolio de la sabiduría y autoridad moral para silenciar cualquier discusión de visiones alternativas dentro de la iglesia. Esta es una pista importante para entender mejor que la noción de infalibilidad es relativa y a la vez nos ayuda a promover el diálogo permanente.

Aún desde su sufrimiento, Jesús nos revela al Padre. Jesús se nos presenta como Su enviado y camina con nosotros para enseñarnos la ruta que conduce hacia el Padre y hacia la vida plena. Conocer al Padre y al Hijo es hacer experiencia del amor de Dios. Amor que crea, sostiene y hace fecunda la vida. El andar con él nos enseña que lo único que nos conducirá hasta allí es la práctica del amor a Dios y a los hermanos. 

Jesús ha hecho suyos los caminos del ser humano, principalmente los caminos de los marginados y olvidados que con su sufrimiento gritan pidiendo mejor trato, mejor vida en este mundo. Sufriente, desde la cruz de los pobres que es su cruz, Él nos espera a la “vera del camino” y nos llama a caminar con Él para defender los derechos a una vida digna para todos. “Quien me ha visto a mí ha visto al Padre”. Sus palabras y obras se originan en la comunión íntima con el Padre, por eso, conociéndolo conocemos a Su Padre y lo hacemos nuestro. Juan dirá después en Jn 17, 3: “En esto consiste la vida eterna: en conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesús el Mesías”. Confesar a Jes{us como nuestro Salvador es vivir unidos a Él y compartirlo en nuestra vida diaria.


Lecturas para el 2do Sábado de Pascua, Ciclo A

1Corintios 15,1-8: El Señor se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles

Les recuerdo, hermanos, el Evangelio que les proclamé y que ustedes aceptaron, y en el que están fundados, y que los está salvando, si es que conservan el Evangelio que les proclamé; de lo contrario, se ha malogrado su adhesión a la fe.

Porque lo primero que yo les transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí.

Salmo responsorial: 18:
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: 
el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra.
R./ A toda la tierra alcanza su pregón
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, 
a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.
R./ A toda la tierra alcanza su pregón

Juan 14, 6-14: Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y no me conoces?

En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto." 

Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? 

Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 

Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré."

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