Agradezcan siempre - 1 Tes 1, 1-5. 8-10 - Lunes, Semana 21, TOA



La primera carta de Pablo a los Tesalonicenses es el documento cristiano más antiguo que poseemos. Sabemos que fue escrito por Pablo alrededor del año 50, veinte años después de la muerte y resurrección de Jesús, y veinte años antes de la escritura del evangelio de Marcos, que es el primer evangelio que se escribirá. La primera nota que se encuentra en esta carta, el documento cristiano más antiguo, es la de acción de gracias. Pablo agradece a Dios por la iglesia en Tesalónica, "damos gracias a Dios por todos ustedes", mencionando en particular su fe, amor y esperanza.

Es apropiado que el primer tema en el primer documento cristiano que poseamos sea de acción de gracias, porque es una actitud fundamental de los creyentes en el Señor. 

Hacia el final de esta carta, Pablo le dice a la iglesia en Tesalónica: "Da gracias en todas las circunstancias" - no "por" sino "en" todas las circunstancias. Independientemente de nuestras circunstancias en la vida, siempre tenemos algo por lo que Dios nos ha bendecido en Cristo. 

Pablo agradeció a Dios por la iglesia en Tesalónica, que era obra de Dios. 
Todos tenemos razones para agradecer a Dios; Pablo nos pide que expresemos nuestro agradecimiento a Dios en todo momento, nombrando que es, quién es, por lo que estamos agradecidos a Dios.

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Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano, Lunes, semana 21, TOA

Primera lectura: 1 Tes 1, 1-5. 8-10

Pablo, Silvano y Timoteo deseamos la gracia y la paz a la comunidad cristiana de los tesalonicenses, congregada por Dios Padre y por Jesucristo, el Señor.

En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar las obras que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia que les da su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.

Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios, que él es quien los ha elegido. En efecto, nuestra predicación del Evangelio entre ustedes no se llevó a cabo sólo con palabras, sino también con la fuerza del Espíritu Santo, que produjo en ustedes abundantes frutos. Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes para su propio bien.

Su fe en Dios ha llegado a ser conocida, no sólo en Macedonia y Acaya, sino en todas partes; de tal manera, que nosotros ya no teníamos que decir nada. Porque ellos mismos cuentan de qué manera tan favorable nos acogieron ustedes y cómo, abandonando los ídolos, se convirtieron al Dios vivo y verdadero para servirlo, esperando que venga desde el cielo su Hijo, Jesús, a quien él resucitó de entre los muertos, y es quien nos libra del castigo venidero.

Salmo Responsorial: Salmo 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b / R. El Señor es amigo de su pueblo.
Entonen al Señor un canto nuevo, en la asamblea litúrgica alábenlo.
En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo.
R. El Señor es amigo de su pueblo.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles.
El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes.
R. El Señor es amigo de su pueblo.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares,
Que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace.
R. El Señor es amigo de su pueblo.

Aclamación antes del Evangelio: Jn 10, 27
R.
Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen.
R. Aleluya.

Evangelio: Mt 23, 13-22

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto, y cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!

¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él".

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