Cosas nuevas y cosa antiguas - Mt 13: 47-53 - Jueves, Semana 17 TOA


Éxodo 40: 16-21, 34-38
Cuando el sagrario y su contenido son consagrados, la gloria de Dios se establece allíHoy terminamos nuestras lecturas de Éxodo, un libro tan importante para el Antiguo Testamento como los Evangelios son para el Nuevo.

Moisés no se atrevió a entrar en la Tienda del Encuentro por la gloria del Señor que llenaba todo el tabernáculo dentro de la tienda.

Mateo 13: 47-53
El reino de Dios es como una red (o un almacén) llena de diversos contenidos
También concluimos una de las secciones principales del Evangelio de Mateo, sobre el reino o reino de Dios (Mateo 11: 2, 13:53).  En el evangelio de Juan en particular, la gloria del Señor llena la persona de Jesús.

La lectura del Éxodp nos dice que Moisés no podía acercarse a la Carpa del Encuentro, Jesús invitó a todas las personas a acercarse a él. El llamado fundamental de Jesús en el evangelio de Juan es "Ven y ve".
Ambas lecturas retratan la manera misericordiosa de Dios de atraer a la gente a la vida divina, o al Reino de Dios. La religión bíblica siempre espera un futuro mejor. 

Mientras que honra algunos momentos de oro del pasado, su empuje está hacia adelante hacia su edad mesiánica. A lo largo del camino, acepta algunos cambios importantes, tal como se requieren a veces por crisis culturales o nacionales, como la amenaza filistea que se contrarrestó al unir a las doce tribus en un reino, con un capital y un templo nacional bajo David y Salomón.

Todos los cambios y transiciones pueden ser difíciles. Pero en la visión de Jesús siempre hay esperanza de renovación, porque el jefe de la casa puede traer de sus tesoros cosas nuevas y viejas. 

En momentos de transición en nuestra vida personal como en la vida de la iglesia, necesitamos el coraje para soportar el cambio, la esperanza y la visión de reconocer la voluntad de Dios que nos lleva a un futuro más precioso que el pasado.

El Antiguo Testamento es el contexto dentro del cual leemos el Nuevo Testamento. Sin embargo, como cristianos valoramos aún más el Nuevo Testamento, viéndolo como la clave del significado del Antiguo Testamento. Como cristianos tenemos un rico almacén, que contiene cosas nuevas y antiguas. Sin embargo, valoramos sobre todo el "vino nuevo" que Jesús trajo. 

Jesús vino a renovar lo antiguo, a hacer nuevas todas las cosas, y como Señor resucitado, continúa trabajando en nuestras vidas renovándonos en mente, corazón y espíritu para que nos volvamos más plenamente como él.

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Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano

Primera lectura: Ex 40, 16-21. 34-38
En aquellos días, Moisés hizo todo lo que el Señor le había ordenado. El día primero del primer mes del año segundo, se construyó el santuario. Moisés lo construyó: colocó los pedestales y los tableros, puso los travesaños y levantó las columnas. Después desplegó la tienda por encima del santuario y sobre ella puso, además, un toldo, como el Señor se lo había ordenado.

Colocó las tablas de la alianza en el arca; puso debajo de ella los travesaños y por encima la cubrió con el propiciatorio. Llevó entonces el arca al santuario y colgó delante de ella un velo para ocultarla, como el Señor se lo había ordenado.

Entonces la nube cubrió la tienda de la reunión y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no podía entrar en la tienda de la reunión, pues la nube se había posado sobre ella y la gloria del Señor llenaba el santuario.

Y en todas las etapas, cuando la nube se quitaba de encima del santuario, los hijos de Israel levantaban el campamento, y cuando la nube no se quitaba, se quedaban en el mismo sitio. Durante el día la nube del Señor se posaba sobre el santuario y durante la noche había un fuego que podían ver todos los israelitas desde sus tiendas.

Salmo Responsorial: Salmo 83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11 / R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma.
Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Hasta el gorrión encuentra casa
y la golondrina un lugar para su nido,
cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre;
dichosos los que encuentran en ti su fuerza,
pues caminarán cada vez con más vigor.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Pues un día en tus atrios vale más
que mil fuera de ellos, y yo prefiero
el umbral de la casa de mi Dios, al lujoso palacio del perverso.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.

Aclamación antes del Evangelio: Hechos 16, 14
R. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
R. Aleluya.
Evangelio: Mt 13, 47-53

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. 

Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

¿Han entendido todo esto?'' Ellos le contestaron: "Sí". Entonces él les dijo: "Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas".

Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí.

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