Ser mayordomos fieles - Mt 24, 42-51 - Jueves, Semana 21, TOA


Las iglesias locales fundadas por San Pablo esperaban con ansias por la gloriosa segunda venida de Jesús. El apóstol ora con su comunidad: "que él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.".

Asimismo, en el saludo de la primera carta a los Corintios, reza para que sean "irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesús". El evangelio desarrolla el tema de las palabras iniciales, Por lo tanto, mantente despierto. No puedes saber el día en que tu Señor viene. Debemos estar alertas y preparados, pero no como algunos que abandonan sus trabajos para dar todo su tiempo a oraciones y vigilias. Pablo manejó con rapidez esa crisis: "Cualquiera que no trabaje no debe comer".

No cede a la tentación de ignorar los problemas actuales sólo por la próxima venida inminente. Él reza para verlos otra vez "y remediar cualquier defecto en su fe."

Jesús nos invita a ser buenos mayordomos que tratemos a los demás en la casa con amor y respeto, que comamos y bebamos y que estemos siempre alerta. Pero si las Escrituras no toleran a los soñadores dormilones, nos dice que tampoco debemos convertirnos en simples cuerpos ocupados, maestros de trivialidades, activistas sin tiempo para la contemplación, estrategas sin principios morales o manipuladores sin piedad ni preocupación personal. 

Se nos pide que juzguemos todo lo que nos sucede cada día a la luz del regreso del Señor "como un ladrón en la noche". El Evangelio de hoy nos piden que seamos prácticos y diligentes; que seamos  hombres y mujeres de visión que desarrollemos una mejor perspectiva moral; sobre todo que seamos  orantes y personalmente consciente de la presencia de nuestro Señor Jesús en cada momento de nuestras vidas y acontecimientos diarios.

____________________________________________________
Lecturas en Lebuage Latinoamericano - Jueves, Semana 21, TOA


Primera lectura: 1 Tes 3, 7-13
Hermanos: En medio de todas nuestras dificultades y tribulaciones, la fe de ustedes nos ha dado un gran consuelo. El saber que permanecen fieles al Señor, nos llena ahora de vida.

¿Cómo podremos agradecerle debidamente a Dios el gozo tan grande con que, a causa de ustedes, nos alegramos en el Señor, a quien noche y día le rogamos con toda el alma que nos conceda verlos personalmente para completar lo que todavía falta a su fe?

Que el mismo Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, nuestro Señor, nos conduzcan hacia ustedes. Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.

Salmo Responsorial: Salmo 89, 3-4. 12-13. 14 y 17 / R. Señor, llénanos de tu amor.
Tú, Señor, haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen.
Mil años so para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche.
R. Señor, llénanos de tu amor. 
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos.
¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos/ ¿Hasta cuándo?
R. Señor, llénanos de tu amor. 
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda.
Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestra obras.
R. Señor, llénanos de tu amor. 

Aclamación antes del Evangelio: Mt 24, 42. 44R. Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre.
R. Aleluya.

Evangelio: Mt 24, 42-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.

Fíjense en un servidor fiel y prudente, a quien su amo nombró encargado de toda la servidumbre para que le proporcionara oportunamente el alimento. Dichoso ese servidor, si al regresar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que le encargará la administración de todos sus bienes.

Pero si el servidor es un malvado, y pensando que su amo tardará, se pone a golpear a sus compañeros, a comer y emborracharse, vendrá su amo el día menos pensado, a una hora imprevista, lo castigará severamente y lo hará correr la misma suerte de los hipócritas. Entonces todo será llanto y desesperación''.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cuando el ministerio va bien - Lucas 8,1-3

Nuestro potencial interno - Lucas 8:4-15

TOC - Eclesiástico 2, 1-13 - Prepárate para las pruebas - Martes de la Semana de Pentecostes (7 sem)